jueves, 22 de noviembre de 2012

Africanos en Madrid



La noche se vuelve de esparto, cuando llega la despedida
hay un hueco a medida, para el polizonte.
Se marchó lejos de su casa, con el corazón en rodaje
a cambio de ese pasaje, vendió su alma al diablo.

Hoy de nuevo le vi pasar, algo triste pero amable
siempre infatigable, tras el pan y la sal.
Hoy de nuevo le vi pasar, tenía los ojos alegres
alguien le dio noticias breves, de su pueblo natal

El pecado de ser africanos en Madrid
abrí los ojos para ver, que no llega el sol aqui.
El pecado de ser ébano, sangre y marfil
si miras bajo tu piel, hay un mismo corazón.

Quizás con un poco de suerte, llegarás hasta la Gran Vía
sin que la policía te pida el pasaporte.
Si la luna está de tu parte, por ventura tendrá su cama
hecha de hojas y ramas, en la plaza de España.

No hay comentarios:

Publicar un comentario